domingo, 30 de diciembre de 2012

A toda pastilla ( 32 )



Como no, la primera en entrar es Superenfermera, embutida en un descomunal traje de camuflaje que supongo estará sacado directamente de las pesadillas de Chuck Norris. .
Le gotea un poco la comisura de los labios cuando ruge llena de rabia:
"Vamos a ver...nos habíamos quedado en no-hace-falta-que-te-la-folles-basta-con-dejarla-con-el-culo-al-aire. Querida, creo que si alguien hubiese empleado tiempo y dinero en buscar una frase con la que anular todos mis sentimientos humanitarios y despertar mi cólera, no habría encontrado nada tan efectivo como eso."
Ana palidece sensiblemente al ver semejante tanque ataviado de guerrillero apuntando en su dirección y por un momento da muestras de haber perdido esa educada locuacidad que la caracteriza. Da media vuelta y echa a correr hasta detrás de la mesa de su despacho, desconcertándonos a mi y a Superenfermera porque ambos habíamos pensado que iba a plantarnos un poco más de cara. Sin embargo una vez allí compone su cara de monjita vendiendo pastas y dice con una sonrisilla:
"Perder una batalla no es perder la guerra. Además creo que esto voy a dejarlo en "empates" por decirlo de algún modo... Un saludo, amigos"
Superenfermera me mira un instante con evidente embarazo y me susurra
"Lo siento conejito pero me temo que voy a ser un poco brusca, esa muchachita saca lo peor de mi cada vez que abre el pico...lo comprendes, ¿verdad?"
No sé qué decir y tampoco tengo tiempo para ello, porque Superenfermera se lía a tiros contra el despacho y toda la impresionante mesa se va desmantelando poco a poco a medida que va recibiendo balas a una velocidad que calculo de ciento ochenta por minuto. Sin embargo creo que el ataque comienza una milésima de segundo demasiado tarde porque antes de que la primera bala salga del arma de mi rescatadora, un cilindro de luz azul ha envuelto a Ana y se ha volatilizado delante de nuestros ojos.
El resto de las chicas llegan un momento después y Gafitas, casi atractiva en su modelo de guerrilla, grita
"¿QUÉ ESTÁ PASANDO AQUÍ? ¿PORQUÉ TODO EL MUNDO SE ESTÁ LARGANDO CAGANDO LECHES?"
Junto a ella está la asistenta mexicana montón de chunga que ya tuve ocasión de conocer, sumamente inquieta mientras la rubia y la hermana de JC montan guardia en la puerta mirando hacia todos lados.
"ESTA PASANDO ALGO, LA BLANCUCHA FLACA NOS VA A JODER, TENEMOS QUE SALIR DE AQUÍ AHORA"
Superenfermera me mira a mi como si yo tuviese una explicación al respecto y no me da tiempo a encogerme de hombros porque la voz femenina impersonal y sin inflexiones de Ana anuncia:
"...atención, atención..."Destruction-Mode" activado...amiguitos, espero que tengan tiempo para poner el culo fuera de nuestras instalaciones y poner distancia suficiente entre sus organismos y el edificio porque de lo contrario este mensaje que de momento solo es un "hasta la vista" tendría que ser un "adios" definitivo..." apenas se han oido las palabras destruction-mode Superenfermera me agarra por el pescuezo y echa a correr arrastrándome sin esfuerzo bajo su robusto antebrazo mientras el mensaje sigue sonando por los pasillos...ahora todo está oscuro salvo una luz roja intermitente que parpadea sobre las puertas y los accesos a las escaleras "...me gustaría disfrutar de su fallecimiento de un modo más íntimo y cercano que no sea a través de una simple explosión, por eso les rogaría a todos que se diesen la mayor prisa posible porque en menos de...oh, solo dos minutos y cuarenta y cinco segundos ya...tras ese plazo que sigue disminuyendo según estamos hablando, unos dispositivos explosivos ingeniosamente dispuestos por mi equipo de seguridad estallarán y el edificio se hará polvo sobre si mismo en una demolición controlada...claro que a pesar de garantizar con nuestro esfuerzo que se minimizarán los daños hacia el ambiente circundante, es descartable la supervivencia de cualquier organismo vivo que se encuentre en este momento en el interior..."
Se me ocurren cosas que decir pero estoy siendo arrastrado de la manera ya mencionada y en mi tráquea presionada queda el espacio justo para aspirar limitadas cantidades de oxígeno Superenfermera corre a una sorprendente e inquietante velocidad dadas sus dimensiones físicas, y no se entretiene en dejar escapar mas que un par "que te jodan" mientras Ana sigue su perorata desde quien sabe donde
"...en cuanto a ti, muchacho, ¡lamento tanto que no hayas podido dar ese paso decisivo para abandonar la vida de mediocridad en la que estás atrapado!...vi en tus ojos que estabas dispuesto, has estado a un paso, a un milímetro de poder cortar con tu vieja y ruinosa vida para comenzar una nueva experiencia junto a nosotros...eso es lo que tendrás que agradecerle a tus amiguitas si lograis salir a tiempo de mis instalaciones..." ...no sé cuanto nos queda pero lo cierto es que tras un descenso demencial a saltos por la escalera, estamos en el vestíbulo y Superenfermera sigue tirando de mi cuello como si yo fuese su conejo de peluche y no un organismo viviente con necesidad de respirar, de hecho creo que ha olvidado que lleva una persona bajo el sobaco dada su manera de moverse...pero la puerta ya está ahí, sí..."...de todos modos quiero dejarte un mensaje de esperanza: como te dije antes, esto solo es una batalla, la guerra no está perdida, y quien sabe si en un futuro no muy lejano tu y yo podemos seguir nuestras negociaciones en el punto en que las habíamos dejado, ¿recuerdas?...¿recuerdas?..."
No hay tiempo para más, ya estamos corriendo por el camino de entrada, yo aún estrangulado bajo el brazo de Superenfermera, Gafitas y la rubia arrastrando a un JC totalmente zombi y la mexicana mascullando maldiciones espeluznantes al frente de todos nosotros y gritando "VAMOS-VAMOS-VAMOS"...
...una especie de suave temblor sacude la tierra, se escuchan una serie de pequeños estallidos mucho menos estruendosos de lo que yo me esperaba y el impresionante edificio de "Los Feos También Follan" empieza a caer sobre si mismo, levantando una nube de polvo que en un segundo nos nubla la visión dejándonos sin ningún tipo de referencia...
Yo, a pesar del estrés de la carrera, del susto y de la demolición, solo puedo pensar en las últimas palabras de Ana...en que todo ha terminado abruptamente y yo vuelvo a quedar en el punto en donde estaba cuando todo esto empezó, es decir: a punto de que me pongan en la calle en el trabajo, con nulo éxito profesional, sentimental y personal, ni rastros de masajista particular al que humillar ni encantadora esteticista quitándome los pelos de la nariz con una sonrisa, nada del apartamento con todos los gastos pagados en el que iba a revolcarme a placer con los tíos más impresionantes de la ciudad...
...todo eso al garete...
Quizás por eso cuando Superenfermera por fin me suelta el gaznate y pregunta lo de "¿está usted bien, cachorrito?" doy una patada al suelo, suelto un par de tacos y me marcho de allí, cubierto de polvo, de vuelta mi vida...
...mi mediocre vida...

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