sábado, 3 de noviembre de 2012

María ( 14 )



Momento de humillante confesión: vuelvo al coche intentando arrancar y largarme de allí ignorando a la abuelita, pero como era de esperar no están las llaves y echar a correr como una rata carretera abajo solo es justificable esgrimiendo una absoluta falta de principios que ande poniendo por delante mi afán de supervivencia. Entonces...
...¿entonces qué? ¿qué oportunidades tiene un gordo blanducho y con la fortaleza física de un bizcocho caducado contra un bestia como JeanClaude? Sonaba ruin pero la opción de bajar y avisar a la poli era la más razonable porque si me meto yo también ahí a rescatar al Corneja no vamos a salir ninguno de los dos. ¿Qué hacer?...
...de no muy lejos, flotando en el cálido aire nocturno, me llega una musiquilla muy retro que alguien está escuchando en la siguiente propiedad aledaña a la de JC.
Zas. La solución intermedia.
Voy a casa del vecino, llamo a la poli y luego le convenzo para que coja un arma ( la peña que vive por aquí arriba SIEMPRE tiene armas en casa porque quien si no se atreve a vivir ahí arriba sin nadie cerca que pueda oir tus gritos si la cosa se pone chunga ) y volvemos a salvar al Corneja, metiendo de paso al trullo a JC por secuestro o qué-sé-yo-qué-indebido.
"Ese muchacho tenía la cara de color morado...¿no podrías mover un poco tu gordo culo y trotar un poco?" murmura Abuelita, y aunque siento ganas de llevarle la contraria corro, sobre todo porque es cuesta abajo y si me descuido puedo hasta dejarme rodar.
Tardo más de la cuenta en llegar a la puerta del siguiente jardín, el silencio de esta parte de la ciudad roto nada más por el canto de los grillos hace que las cosas suenen pareciendo estar más cerca de lo que están en realidad, pero a cambio encuentro el camino de entrada libre y con las puertas abiertas, no tengo que negociar mi acceso lo cual ya es un punto positivo.
Esta casa también es de una sola planta, hay grandes ventanales entreabiertos aunque no se ve ninguna luz y ahora escucho más claramente la música...
"¡Eeeh!...¡Necesito ayuda!...¿hay alguien ahí?" grito a una distancia prudencial porque he visto las suficentes películas de terror como para sopesar la posibilidad de que algún terrible virus se haya infiltrado en la conciencia colectiva mientras yo yacía en aquel sótano y ahora la humanidad entera esté transformada en una raza de asesinos psicópatas.
En lugar de un loco con careta de futbol americano y una motosierra, aparece una ancianita con camisón rosa y una linternita en una mano. Si no fuese porque esta tiene cara de buena persona, podría haber sido mi mismísima Abuelita...
"¿Qué le ocurre, joven? ¿Puedo ayudarle?"
La tía lleva en brazos un perrito blanco pequeño de esos que te joden las defensas y te hacen pensar que   son ellos los que necesitan protección y no al revés. ¿Porqué no ha salido un gordo con cara hijoputa y un bate de beisbol en la mano dispuesto a reventarme la cabeza?
"Hummm...nada...no pasa nada, señora...¿está usted sola? ¿vive con alguien alto y fuerte que sepa manejar armas de fuego?"
"Oh, cielos, no. Mi asistenta mexicana es bastante grande y fuerte pero ahora está dormida y no me gustaría despertarla..."
"Bueno, entonces nada, perdone que la moleste" empiezo a decir pero luego puede más la nenaza que hay en mi y me arranco "...HIII, LA VERDAD ES QUE TODO ES HORRIBLE, ESE HOMBRE VECINO SUYO TIENE PRISIONERO A MI AMIGO Y NOS HA AMENAZADO CON HACERNOS ALGO HORRIBLE, TIENE QUE AYUDARMEEEE..."
"¡Pobrecito!...¡pero tranquilícese, verá como algo podemos hacer!...¿está diciendo mi vecino?...¿ese joven tan guapo y encantador?"
Estoy en un tris de lanzarme a sus brazos a gimotear cuando escucho el sonido de un arma al amartillarse, me vuelvo y veo a una razonable doble de Salma Hayek pero treinta centímetros más alta y con veinte kilos más de peso, también en camisón y enarbolando una escopeta con la que está apuntando a mi cabezota.
"¿Puedo ayudarla, señora? ¿Esta intentando algo con usted ese pervertido?"
 Avanza hasta colocar la boca del cañón en la entrepierna de mis pantalones de tenista y gruñe
"¿No es un poco tarde para jugar al tenis? ¿Se te ha perdido la pelota?"
La viejecita resopla como si estuviese avergonzada, le tira de un flanco del camisón a la mujerona y murmura
"Maria, tenemos que hablar..."luego me sonrie como si estuviésemos en una reunión social "¿nos disculpa un minuto?"
Las dos mujeres se alejan a deliberar entre ellas con apasionados cuchicheos mientras yo sopeso la idea de empezar a caminar dando pasos hacia atrás hasta estar lo bastante lejos como para que ellas se enteren y echar a correr carretera abajo, hacia la ciudad.
Sí, dejando al Corneja ahí arriba. Porque él al menos morirá como un héroe por rescatarme pero yo, ¿en qué lugar voy a quedar yo muriendo a manos de JC antes o después de que le maten también a él?...
No tengo tiempo ni siquiera de empezar a recular porque la ancianita se acerca con una sonrisa y me dice
"Bien, María se ofrece a acompañarle a casa del vecino para ver que está sucediendo...seguro que tiene que tratarse de un malentendido, pero por si acaso Maria llevará su escopeta, ¿qué le parece?"
"...oh...hum...estoy abrumado por su confianza y su generosidad, señora..." digo y puedo escuchar claramente a Maria mascullar "vaya pico tiene el tio" pero la abuelita no la oye y rie poniendo los ojos en blanco
"No se preocupe...me recuerda usted tanto a mi nieto...ojalá él se animase a subir a verme de vez en cuando"
Mientras montamos a un flamante todoterreno encañonado todo el rato por María, acierto a susurrar
"¿Y donde está ese nieto descastado?...que vergüenza tener olvidada a una señora tan encantadora..."
"Trabajando de chapero en un tugurio de la costa...no me extraña que se le recuerdes, está casi tan gordo como tu, aunque creo que no es ni la mitad de feo" contesta Maria sentándose de copiloto y poniéndome el cañón de la escopeta en la oreja "ahora arranca y conduce despacito hasta la casa de arriba. No me extrañaría que ese hijo de la chingada esté metido en alguna mierda, al revés que mi señora conozco perfectamente al vecindario y no me dejo engatusar por la cara de bobo que pone ese tío las pocas veces que nos hemos saludado..."
Esta  mínima conversación me deja claro que al menos en ella, si no un aliado, tengo una mujer armada con la que hago frente común. Si pillamos a JC por sorpresa es bastante fácil que salgamos victoriosos...
Quedo asombrado ante las dotes interpretativas de mi compañera pues cuando aprieta el botón del interfono abandona el tono de perra que ha utilizado conmigo hasta ahora pasando a un tono "mexicanita-desvalida" que me enternece hasta a mi.
"Discuuuulpe, señooooor...soy la chica que trabaja para su vecinaaa...¿podría darme unas aspirinas?...la señora esta malita y no puede pegar ojooo..."
Apenas escuchamos el zumbido de la puerta al abrirse mi acompañante vuelve a adoptar su actitud de Terminator femenino, carga la escopeta y entra a grandes zancadas por el camino de entrada, con la melena oscura al viento y una mirada en los ojos como de estar poseída por un demonio azteca.
Cuando JC abre la puerta con una sonrisa de jilipollas se queda de piedra al ver primero a mi aliada circunstancial apuntándole a los huevos, y después al descubrirme a mi con gesto de sencilla superioridad saludándole con los deditos.
"BIEN, TIENES DIEZ SEGUNDOS PARA SACAR AL COLEGA DE ESTE TONTO DEL CULO DE TU CASA Y DEJARLE MARCHAR O TE VUELO LOS HUEVOS Y A PARTIR DE HOY TENDRÁS QUE FOLLARTE A TU PUTITA RUBIA CON UN CACHARRO DE GOMA"
La putita rubia, que en ese momento daba saltitos en sostén sobre un sofá todavía con el disco de Madonna, se queda congelada al vernos llegar como si fuésemos el advenimiento de una plaga.
JC tarda una eternidad en reaccionar, luego simplemente abre la puerta del todo, agarra algo y nos tira al Corneja maniatado a nuestros pies.
"Todavía no habíamos tenido oportunidad de conversar, vecina" le dice a mi acompañante con sonrisa de caimán "pero bueno, ahora que nos conocemos ya pasaré alguna noche a charlar los dos a solas..."
Maria interpreta eso como un comentario de mal rollo porque avanza como un trolebus, golpea a JC en los morros con la boca del arma y grita
"¿ME ESTÁS AMENAZANDO, BLANQUITO?¿ESTÁS INTENTANDO CONSEGUIR QUE VIVA ACOJONADA PENSANDO QUE VAS A PONER TU SUCIO CULO PALIDO EN LA CASA DE MI SEÑORA PARA HACER TRIUNFAR EL PODERÍO DEL HOMBRE BLANCO? PORQUE SI ES ASÍ ME PREGUNTO QUÉ ME DETIENE PARA VOLARTE LA CABEZA AHORA MISMO Y AHORRARME TONTERÍAS"
Compruebo con satisfacción que JC se hace un poco de pis en los pantalones mientras la rubia chilla y corre de un lado a otro del salón. Yo desato al Corneja, lo desamordazo y susurro
"Ves como soy un colega...otro cualquiera te hubiese dejado aquí tirao, pero yo soy un tío de principios, te lo he dicho..."
El Corneja continua haciendo aspavientos como si tuviese en la epiglotis algo muy gordo que tragar y acierta a menear los dedos simulando el meter una llave en algo. Mi prodigioso intelecto no tarda en captar la indirecta y susurro a mi terrible protectora
"...necesitamos las llaves de nuestro coche...este tío las cogió cuando secuestró a mi amigo..."
Maria levanta una poblada ceja en gesto interrogante y JC de inmediato se mete la mano al bolsillo y me tiende las llaves del seiscientos.
"E-e-era solo una broma entre amigos" le acierta a decir a Maria con la escopeta rozándole el morro "no hacía falta todo esto, en serio"
Ese comentario parece despertar la imaginación de mi protectora porque se vuelve hacia la rubia contemplándola como si tuviese algo feo y verde asomando por la nariz y ordena
"TU, LELA. VE A BUSCAR ALGO PARA ATAR A TU AMIGUITO."
"¡p-p-p-pero yo soy una mujer maltratada, no tengo porqué sufrir esto!" cacarea. Aún así algo en la férrea expresion de Maria la hace vacilar y por fin salir trotando para buscar algo con lo que maniatar a JC. Debemos conformarnos con un par de cinturones con los que inmoviliza sus muñecas y sus tobillos, y una vez ha terminado, María la empuja a golpecitos de cañón hasta un armario ropero en el dormitorio de JC donde la encierra, da vuelta a la llave y tira la susodicha a la piscina. Solo entonces se vuelve hacia mi y el Corneja, y gruñe
"Ahora largo. Si vuelvo a veros cerca de la casa de mi señora, primero os volaré los huevos y luego llamaré a la policía, ¿entendido?"
No nos hace falta más recomendacion, montamos en el coche del Corneja, yo al volante pues le percibo alterado por la situación vivida, y salimos zumbando de ahí, dejando a María con la escopeta una mano y un inquietante rictus en el rostro que me hace pensar si no terminará por prender fuego a la casa de JC dejando que él y la rubia se achicharren ahí dentro para eliminar testigos...

3 comentarios:

  1. Y ahora el punto Tarantino que da color y sal a cualquier historia. Dos que no me creo yo que se acaben de ir en el seiscientos, una sodomización con arma de fuego sobrevolando el ambiente, una abuelita encantadora que vete tu a saber...

    Maria como evolución de Helga, una Helga cabreada.

    Un pasaje muy irreverente señor.

    Besos y dame más muerte y destrucción. ;)

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  2. jajajaja, creo que si hay algo que me impulse a terminar con el asunto es ver lo que se te va a ocurrir decirme a propósito del desvarío diario...
    Un beso, majeton

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  3. No mientas que tu sigues porque en el fondo te despiporras haciendo de sufrí a tus personajes. Y yo encantado oye!

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