lunes, 5 de noviembre de 2012

Mambo italiano -1- ( 15 )





Conduzco carretera abajo de vuelta a la ciudad que conocemos en un absoluto silencio roto nada más por los pequeños hipos del Corneja recién recuperado de una crisis de llanto.
"Macho...esto es una puta realidad virtual...esta mañana llegaba al trabajo hecho una mierda como siempre pensando que iba a ser otro día más como el resto de los días y de pronto, ¡zas!, han pasado doce horas y estamos en una ciudad que parece una ciudad distinta, y el mundo se me ha puesto patas arriba. Bueno, patas arriba a mi pero también a ti, ¿eh?..." le echo un vistazo a mi amigo, parece que ha dejado de hiperventilar y ahora tiene los ojos cerrados pero bajo los párpados veo moverse sus globos oculares a gran velocidad como si estuviese teniendo unos sueños-REM muy chungos "...no sé, con todo esto me parece que lo mejor será que me instale en tu casa una temporada, ¿qué te parece?"
Eso le hace reaccionar, pega un gran brinco y empieza a menear la cabeza negativamente diciendo "n-n-n-n-n". Me preocupa, quizás el Corneja haya perdido la lengua en algún momento de su existencia por causas que no logro imaginar y resulta que si no se expresa no es por ser el bicho raro que es en realidad, sino porque le faltan las piezas necesarias para la vocalización correcta.
"¿Qué me quieres decir?...¿que no quieres que vaya a tu casa?...porqué, ¿te esperan allí una mujer y siete pequeños cornejitas y no quieres que sepan donde trabajas?...venga hombre, cuando quiero puedo ser un tío superpoliticamente correcto, no te voy a hacer sentir vergüenza, en serio. Sea una leal esposa o una madre dominante, van a estar encantadas conmigo...oh, pero por el camino deberíamos pasar por mi casa para recoger a Mr.Jones...no hay que dejarse engañar por su rollo de autosuficiencia, en el fondo es un gato terriblemente dependiente, ¿sabes?"...la luz de horror que veo encenderse en los ojos de mi amigo me indigna un poco porque a fin de cuentas, acabo de salvarle el cuello, me he jugado la vida con la marimacho mexicana para sacarle las castañas del fuego y no esperaba una reacción tan miserable. Por fortuna soy el que conduce y aunque me cuesta un rato llegar a la parte de la ciudad que reconozco, no tardo ni veinte minutos en parar delante de mi portal.
"Espérame aquí, no tardo nada" le digo, luego mordiéndome el labio inferior como si de verdad me doliese, saco las llaves del contacto y añado "...¿has visto en que triste lugar se encuentra nuestra confianza mutua ahora mismo?...cree que me duele este gesto, pero en este momento no puedo confiar en ti, de verdad".
Luego salgo zumbando y entro en mi casa pensando en coger unos calzoncillos limpios, el cepillo de dientes y a Mr. Jones metido en la jaula transporta-gatos.
Cuando el interfecto ve el aparato y mi sonrisa meliflua deja de lamerse la pata y me contempla con un gesto fijo que no soy capaz de interpretar.
"¡hola gatito!" digo tratando de sonar festivo y jovial "¡tengo una gran sorpresa!: vamos a irnos unos días de vacaciones a casa de un amiguito, ¿qué te parece?...le encantan los gatos y practicamente me ha suplicado que te lleve conmigo para disfrutar juntos de tu compañía...¿a que es todo precioso?"
Felinos, ¿quien los entiende?
Diez minutos después me voy de mi casa dejando al puto Mr.Jones encaramado en un armario y maullando como si le hubiese metido el mango de un paraguas por el culo, cuando soy yo el que sale con unos cuantos espeluznantes arañazos en las manos y uno muy feo que va desde mi sien izquierda a la mitad de la mejilla del mismo lado.
El Corneja me contempla con una expresión que raya en el horror mientras me limpio la herida de la cara con un pañuelo y le ladro
"VALE¿ESTÁS CONTENTO? ¡NO HAY GATO, A TOMAR POL CULO EL GATO! ¿ES ESO LO QUE QUERÍAS? PUES YA LO TIENES, ¡MIERDA!"
Vale, es verdad, a veces soy un tío muy jodido de aguantar, pero es que he tenido un día malo de narices, ¿ o no ?
...el Corneja, ahora al mando de su seiscientos,  se interna en una parte de la ciudad poco recomendable que siempre he considerado repleta de chulos, camellos y fulanas, pero al cabo de dar muchas vueltas terminamos en una calle con casitas adosadas a una lado y a otro provistas de un minúsculo jardín en la parte delantera, viejos faroles que sin duda fueron colocados allí en la época de la postguerra y un montón de gente sentada en bancos en la calle, buscando sin duda alivio del calor.
"Coño, que pintoresco" digo por decir algo pues en realidad no sé si aquel lugar me inspira sentimientos de curioso costumbrismo o de degradación social. Por segunda vez en el mismo día transito por partes de la ciudad por las que nunca había andado y que me hacen pensar en lo aferrados que estamos a nuestras rutinas y nuestros caminos diarios,tanto que cuando me aparto de mi sendero habitual me siento como si transitase por un lugar en el que nunca he estado. La calle no es muy larga y el Corneja termina por aparcar de cualquier manera más o menos hacia la mitad frente a una casa que en ese momento tiene todas las ventanas abiertas y todas las luces encendidas. Justo en ese momento una robusta muchacha morena con una ceñida camiseta negra y unos vaqueros sale por la puerta también abierta con cara de ir echando chispas y detrás una mujer madura, más entrada en carnes aún y con el pelo recogido en un penoso moño vocifera
"SI TE VAS A LA CALLE AHORA VAS A DORMIR AL SERENO ESTA NOCHE, ANTONIETTA"
"VAAALE YA ENCONTRARÉ ALGUIEN QUE ME META EN SU CAMA, MAMMA, ¿ESTÁS MÁS CONTENTA ASÍ?"
"¡PUTTANA! SI TU PADRE LEVANTASE LA CABEZA NO ME RESPONDERÍAS ASÍ"
"QUIERES DECIR SI MI PADRE LEVANTASE LA CABEZA DE LA ALMOHADA DE LA ZORRA CON LA QUE SE FUE A VIVIR, ¿VERDAD MAMMA?"
La mamma, que sujeta hasta ese momento un cazo en una mano, se lo lanza a la morena la cual lo esquiva con agilidad dejando que impacte contra el capó de nuestro seiscientos. Al oir el "clonc" parece vernos por primera vez, sonríe agitando los dedos y dice en tono cantarín
"¡buenas noches, hermanito!"
Luego sale corriendo dejándonos con la vigorosa mamma soltando lo que supongo son palabras horribles en italiano a un par de metros de nosotros.
"...eh...¿esa señora es tu mamá?" le susurro al Corneja que contempla la situación con su gesto habitual de estar dentro de algo que le está superando "...pero no me habías dicho que tenías ascendencia mediterránea, hombre..."
La mamma repara al fin en el coche, le pega una patada a la puerta del conductor y grita
"¿Y TU DONDE HAS ESTADO TODO ESTE TIEMPO? ¡TENIAS QUE HABERME LLEVADO AL SUPERMERCADO! AHORA TENDRÁS QUE CENAR PAN DURO Y LECHE AGRIA, ¿QUÉ TE PARECE ESO?"
Me parece el momento oportuno para salir y hacer gala de mi don de gentes, con lo cual me apeo del vehículo, sonrío espero que seductoramente y digo
"Buenas noches, señora...soy un amigo de su hijo, me ha ofrecido generosamente quedarme a dormir esta noche con ustedes mientras terminan de hacerme unas cositas en casa...encantado de conocerla"
La mujer pone los brazos en jarras como si no diese crédito a lo que está escuchando, luego se agacha para ponerse a la altura de la ventanilla del conductor y vocifera
"¿PERO EN QUÉ ESTÁS PENSANDO? ¿EN QUÉ MOMENTO OLVIDASTE QUE NO DISPONEMOS DE HABITACIÓN DE INVITADOS? ¿VAS A METERLE A COMPARTIR LA CAMA CONTIGO Y CON TU HERMANO GAETANO? ¿O LE DEJARÁS DORMIR CON TUS TRES HERMANAS?"
Estoy pensando en retirar mi autoinvitación y buscarme una pensión económica aunque solo sea por hoy dada la situación de overbooking que parecen padecer en el hogar del Corneja. Pero en ese momento un chulazo de revista con el pelo engominado hacia atrás y vestido nada más con una camiseta blanca de tirantes y unos tradicionales calzoncillos del mismo color se sienta en el marco de una de las ventanas de arriba, me hace un saludo militar con tres dedos y luciendo una resplandeciente dentadura me dice
Buona notte!...ese Gaetano soy yo, piacere di conoscerti..."
Me vuelvo a mirar al Corneja con ojos desorbitados por el pozo de sorpresas que está resultando ser mi anodino compañero.
"¿ese pedazo de tio es tu hermano?" le siseo en la oreja "¿pero como has esperado tanto tiempo en presentarme a la familia?"
Por la otra ventana asoman dos sonrientes jovencitas también morenas que le dicen algo en italiano a Gaetano, este las contesta rápido y todos se echan a reir, incluida la mamma.
"Bueno no piense que soy una incivilizada, puede usted pasar y ya veremos como nos apañamos, siendo todos chicos no les importará dormir juntos ¿verdad?"
"Pero antes les llevaré al bar a cenar algo, no creo que le apetezca mucho tu pan duro y tu leche cortada" dice Gaetano desde ahí arriba logrando que todos rían menos la mamma
"¡NO ME PONGAS A PRUEBA, LAS MUJERES DE MI FAMILIA PODEMOS IMPROVISAR UNA COMIDA A PARTIR DE PRACTICAMENTE NADA!" le grita a ese sueño de hombre que no creo comparta ni un diez por ciento de patrimonio genético con el Corneja "...pero está bien, id al bar y si de paso ves a la zorra de tu hermana tráela agarrada de una oreja, ¿va bene, cielo?...estoy muy mayor ya para todo esto..."
El Corneja sale del seiscientos con gesto de ir a asistir a su propio funeral mientras su madre se vuelve a meter en la casa y Gaetano desaparece de un ágil salto sin duda para ponerse algo de ropa. Yo tengo que chasquear la lengua y darle una pequeña colleja a mi amigo.
"Vamos hombre, no voy a dejarte en feo, soy una persona politicamente correcta y puedo presentarme en cualquier sitio sin avergonzar a nadie...qué familia tan interesante tienes...¿quien iba a decir que tenías ascendencia italiana?..."
El Corneja se deja caer contra el coche con gesto exhausto y por un cruel instante estoy deseando que me diga que se queda a dormir y que me vaya yo con Gaetano a practicar sexo salvaje donde nos apetezca hasta que salga el sol. Pero no, resiste, y aguanta el tipo ahí hasta que sale Gaetano con una camisa blanca y unos vaqueros turbadoramente ajustados al frente de sus dos hermanas y al final también la mamma, todas con vestidos floreados y enlazadas por el brazo.
"Esta es mama como sin duda ya sabrás, y estas son Annunziata y Concetta, las hermanas pequeñas" me presenta Gaetano con esa sonrisa que hace rato ya ha roto el elástico de mis calzoncillos "Vamos a ver si don Bernardo nos prepara algo de picar, ¿okey?"

...creo que no recuerdo ningún día de mi vida tan largo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario