sábado, 17 de noviembre de 2012

How you met Mr. Jones? ( 18 )



La puerta de mi casa chirría como si se tratase del acceso a las mazmorras, pero sin encender la luz me meto como si fuese un ladrón en mi propio domicilio y digo en voz baja:
"¿Mr. Jones?...¿estás ahí, minino bonito?"
Me jode encender las luces porque es una manera de dar señales de mi presencia allí y en mi cabeza ya hay todo un complot de mafia internacional armado en torno a mi y preparado para cazarme, un complot en el que podría estar mi vecina de arriba y hasta los del camión de recogida de la basura. Así que dejo que mi vista se acostumbre durante unos segundos a la penumbra y después miro a mi alrededor.
El reloj de manillas luminosas que está encima de la tele marca las 03:20 y me entra una repentina angustia por si siendo día de entresemana "La Gallina Rosa" cierra pronto, Gafitas se marchará a casa y yo me veré de nuevo en esa parte desconocida de la ciudad con el transportin de gatos en una mano y un pañuelo en la otra para secarme las lágrimas de desesperación. En realidad siguiendo las indicaciones de mi nueva amiga, no me ha sido tan dificil ni tan largo llegar a mi casa, pero no sé si podré hacerlo igual de rápido en dirección contraria...
...el tiempo de convivencia me hace conocer a Mr. Jones mejor que a mi mismo, y no me cuesta nada encontrarle a la primera espatarrado en la cama con gesto de máxima satisfacción por no tener que compartirla con nadie. Al sentir movimiento abre un ojo sin mover el resto de su organismo para ver qué se cuece en los contornos, pero al comprobar que soy yo emite un suspiro felino de aburrimiento y parece concentrarse de nuevo en su sueño.
"...gatito..." susurro en voz baja con tono que espero le resulte entrañable porque necesito su colaboración "...gatito tenemos que irnos ahora mismo...vas a tener que levantarte y meterte en tu transportin, esto ha dejado de ser zona segura para gatos, ¿entiendes de qué va esto, amigo?"
Si entiende no da señales de hacerlo porque sigue tumbado como si acabase de caer de un avión y hubiese suspendido todas sus funciones vitales. ¿Debo interpretar yo esa actitud autista como un "haz conmigo lo que quieras pero acaba rápido"? ¿O se trata solo de la calma que precede a la tempestad?
Una vez localizado el bicho no me lleva más que un minuto joderme las pantorrilas contra todos los obstáculos que encuentro por la casa en la penumbra hasta localizar el transportin y volver a la habitación, un poco temeroso, hay que decirlo. La última vez que lo he visto está muy reciente, de hecho yo no la he olvidado pensando que mañana todos esos arañazos estarán infectados y supurando pus como solo saben hacerlo los arañazos de los gatos. Cuento nada más con la esperanza de que él no se espere que insista tan pronto después del duro castigo al que me sometió hace solamente unas horas.
"...bueno, ya estoy aquí...¿estás preparado, tienes que coger algo que te apetezca llevarte?..."digo tratando de ser correcto e incluso tierno "¿quieres que nos llevemos tu ratón de peluche?"
Eso es un insulto a la inteligencia de Mr.Jones, pues lo primero que hizo con aquel ratón cuando se lo traje
-esperando que se olvidase de la tapicería de mis sofás y la emprendiera con otra cosa- fue hacerse pis encima y arrastrarlo bajo de una cómoda con el gesto de quien barre algo de su vista esperando no volver a verlo nunca más. Sea como sea la mención del ratón tampoco hace efecto en él pues sigue ahí estirado como una longaniza al parecer en la versión del mundo de los sueños para gatos. Quizás sea cierto que se encuentra tan dormido que no percibe tan siquiera lo que ocurre en su entorno...este pensamiento me hace envalentonarme y aproximarme a la bestia con el transportin abierto esperando que antes de que pueda reaccionar se encuentre con su apestoso culo peludo metido dentro y sin posibilidad de escapatoria.
Cuando estoy frente a él sus ojos se abren de pronto con una mirada salvaje y solo puedo lanzar un gritito antes de empezar la lucha...
...a las 03:45 salgo a la calle con media docena de arañazos nuevos, el uniforme de tenista manchado de sangre y un chorro de pestilente orina gatuna decorando mi pechera. Maltrecho pero victorioso, mientras Mr. Jones encerrado en el transportin demuestra su desesperación con unos espantosos maullidos engolados que deben estar haciendo removerse a los muertos en sus tumbas. Tanto es así que en un momento dado me planto, agarro la jaula para ponerla frente a mi cara y le siseo:
"Como no te calles ahora mismo me acerco al proximo puente y te tiro al rio dentro de tu transportin. Y si crees que voy a lamentar algo aciertas, porque lo que lamentaré será no colocar una webcam dentro de tu jaula para presenciar en directo como te ahogas y luego eres pasto de los peces."
No sé si Mr.Jones entiende el idioma humano pero lo cierto es que se calla y no vuelve a decir ni pio hasta que llegamos los dos ante "La Gallina Rosa". Como yo me temía el sitio está a punto de cerrar, las últimas parejas de chicas están abandonando el local y allí solo queda la mastodonte de la puerta y Gafitas poniéndose una chaqueta sobre el uniforme de cheerleader que le hacen calzarse en su puesto de trabajo.
Cuando me ve llegar el armario empotrado con atributos femeninos lanza un resoplido.
"pero de verdad vas a llevarte a este tio a casa solo porque viene con la jaula del gato. Lo más probable es que haya entrado en un piso a robárselo a una anciana y lo traiga anestesiado para que pensemos que es suyo, ¿a que sí, gatito?" la mastodonte mete un dedo a través de los barrotes y no puedo evitar una sonrisa de satisfacción cuando lo retira al momento protestando "¡Me ha mordido!"
"Ese es mi chico", pienso, pero en su lugar me vuelvo a Gafitas, que parece pensativa como si estuviese un poco arrepentida de su arrebato de generosidad, y le digo
"Bueno, aquí estamos yo y mi gato. ¿Sigues pensando en darnos asilo político o vas a echarte para atrás?"
"No, claro. Es solo que de pronto me parece todo un poco disparatado..."
"SI" irrumpe la mastodonte "porque ya que te fuiste a casa a por el gato, ¿porqué no te quedaste a dormir allí?"
Me cuesta un buen esfuerzo expresarme y sobre todo darle la sensación a esa vacaburra de que por un momento estoy prestando atención a lo que está diciendo. Pero logro encararme con Gafitas y la digo:
"Es verdad, es una tontería. No tengo ninguna razón justificada para no volver a mi casa, solo estoy acojonao pensando en esa especie de secta que me persigue y la tía de antes observándome con los ojos como platos y diciendo que todo lo que iba a hacer iba a ser por mi bien..Quiero pensar que son todo paranoias mías, pero si esta noche no estuviese en un sitio donde pudiesen localizarme, me sentiría más tranquilo. Por mi y por mi pequeño gatito al que tanto amo"
Mr.Jones responde a esta declaración de amor con un maullido amenazador lo cual confirma mi teoría de que a ratos sabe lo que estoy diciendo y puede que eso de que los gatos son alienígenas infiltrados entre nosotros preparando la invasión a gran escala sea cierto también. Pero por ahora tengo bastante con "los-feos-también-follan", así que me encojo de hombros y concluyo
"Si no te convence la idea, nos volvemos a casa y ya está."
Gafitas se muerde el labio inferior, se pasa una mano por el pelo y por fin responde
"Vale, te llevo a mi casa. Solo por esta noche, ¿vale?..."
Hago mi famosa imitación de cachorro alborozado logrando que ella sonría y la mastodonte componga el gesto de ir a vomitar la cena sobre sus zapatos.
"No molestaré nada. De hecho ni siquiera sacaré a Mr.Jones del transportín para que no se afile las uñas en tus puertas" digo "
"¡De eso nada! Tendrá que conocer a Princesa, quizás hagan buenas migas"
"Y también tendrás que conocer a SU NOVIO" gruñe la mastodonte "espero que él esté en casa para poneros a ti y a tu cochino gato de patitas en la calle ya que no puedo hacerlo yo"
"No le hagas caso" me dice Gafitas sonriendo con dulzura "Es conductor de camiones y ahora mismo debe andar por algún lugar perdido de la Europa del Este conduciendo un trailer. Por eso tengo a Princesa, para no sentirme sola en la casa durante esos interminables viajes."
Por un instante visualizo a su novio matando la ausencia con prostitutas polacas de pechos enormes mientras ella suspira y mira a su gato, pero me guardo muy mucho de decir nada porque mastodonte está resoplando y echando humo por las narices como un toro en los toriles. No quiero darle la ocasión de sacudirme un guantazo para luego decirme "oh lo siento" porque presiento que va a conllevar una factura del dentista del copón, solo sonrio comprensivo, abrazo el transportín como si el pellejo malévolo que llevo dentro fuese lo que más quiero en este mundo y espero a que entre las dos apaguen las luces y cierren el chiringuito.

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