sábado, 6 de octubre de 2012

El muro de las lamentaciones ( 7 )



Estoy agazapado en el comedor de los empleados esperando a que aparezca el Corneja. Es la hora del almuerzo y hay el revuelto habitual de mariquitas con cuerpos perfectos, peinados impecables y sonrisas maléficas, no me cuesta pasar inadvertido porque el resto de la plantilla tiende a ignorar el saco de miserias que es mi organismo físico, de manera que cuando aparece el Corneja arrastrando los pies con cara de agonía, no podría decir si alguien ha reparado en mi presencia sentado en una silla del rincón.
Cuando me ve ( al primer instante, pues entre igual e igual nos reconocemos al momento ) compone una casi divertida cara de horror exagerado y corre a la otra punta del comedor con su bocadillo bajo el brazo. Tengo que correr para alcanzarle y sentarme en su mesa de tal manera que no le quede escapatoria entre mi organismo y la pared.
"...vamos, no seas así joder" le digo indignado porque esperaba solidaridad y no esto "¿no te has enterado de lo que ha pasado? ¿no sabes que me han despedido?"
El Corneja sujeta el bocata contra el pecho como si encerrase la salvación de su alma inmortal y asiente lentamente.
"¿Y? ¿No has hecho nada? ¿no has intentado romper una lanza por mi?...coño, que somos compañeros..."
Mi "compañero" desenvuelve con gesto trágico su bocadillo de chopped y empieza a darle pequeños mordisquitos mirando algo que debe estar revoloteando por el techo. Esa actitud me saca de mis casillas, pero con el Corneja es recomendable no perder la paciencia porque el efecto que se consigue es justo el contrario al deseado, de modo que trato de tranquilizarle con conversación intrascendente.
"...ha sido todo la puta página esa de los feos, ¿te acuerdas de lo que te conté?" el Corneja deja de masticar un momento y pienso que debo tomar eso como un sí "...pues el asunto ha ido a más...primero cuando estaba en el servicio de las chicas, me ha sonado el móvil ¡y era uno de seguridad!...¿sabes ese tio enorme que se parece al que reparte tortas en las películas de acción?"...ahora el Corneja sí que asiente con los ojos como platos "...pues hemos quedado a la salida, ¿te imaginas?...¡Jollywood total, chico!" mi colega asiente con una cara de niño-descubriendo-el-mundo-con-ojos-nuevos que no sé como tomar, pero ya estoy lanzado y sigo "...y todavía no había sacado la fregona de su sitio cuando en el baño de los tíos, zas, otra vez, cinco tíos de un equipo de natación que no te los crees si los ves, impresionantes, y justo cuando nos estábamos chupando las pollas..."
El Corneja emite un sonido extraño y empieza a ponerse morado, con los ojos que parece que van a salir rodando por la mesa. Por fortuna no me da tiempo a llamar al servicio médico porque da una gran bocanada de aire y se cubre los ojos como si todo esto le estuviese superando, cuando soy YO el que se va a la puta calle.
"...¡pero tienes que creerme, yo no he tenido nada que ver voluntariamente en todo esto, estoy-estoy-estoy...¡desbordado!" y me arranco en un llanto fingido que no engaña a nadie más que al Corneja, que me palmea la espalda y hasta parece que va a decirme algo, de repente vuelve a poner esa cara como de tener yo un tío con un hacha a mi espalda dispuesto a afeitarme la cabeza, me vuelvo...
...y es el jefe de personal, aquel que me hizo meterle un dedo en el culo para conseguir este trabajo de mierda....el mismo al que pienso meterle la mano entera si con eso continuo aquí una temporada...
"hombre hombre, jeje, a quien tenemos aquí...tomando el almuerzo, ¿eh?" dice en tono campechano "cuando termines el descanso te subes por mi despacho...ya sabes que tenemos que hablar, ¿verdad?"

...así que media hora después, veo a través de la ventana el sol de otoño inundando de luz dorada las calles, una bandada de palomas cruzando el cielo y, no sé, me siento de puta madre, me siento de subidón, porque el destino me da una nueva esperanza, una nueva posibilidad. Y soy capaz de estar tres cuartos de hora a cuatro patas comiéndole la polla al jefe de personal hasta que se corra aparatosamente sobre mi cara si quiere y me diga que le es imposible prescindir de mis servicios. Claro que una pequeñísima parte de mi, esa que se dedica a sembrar inquietud y desconfianza en nuestros corazones, sopesa la posibilidad de que nada más se trate de darme la carta de despido y ponerme en la puta calle, pero con esa mentalidad, ¿donde iría a parar el mundo?
...con ese rollo positivo entro al despacho y me encuentro al tío allí, en mangas de camisa ( buena señal, se ha quitado la americana ) y con una sonrisa que solo puedo definir como concupiscente en sus labios.
"..yyyy que bueno, has llegado a tiempo, no tenemos que perder tiempo en absoluto...ya sabes que Charly me ha hecho llegar una valoración EXTREMADAMENTE negativa de tu trabajo en MercaChorbo, y en concreto estos últimos días parece que tu pasividad y escasa disposición para la faena se han reducido al mínimo..." entonces se agacha y saca de debajo de su escritorio un sobre blanco con gesto apesadumbrado "...me temo que vamos a tener que prescindir de tus servicios..."
¿Qué hacer? ¿Romper a llorar y suplicar que no me haga esto, o poner cara de golfa?
Soy un superviviente por lo cual me decanto por la versión golfa, me siento en la mesa, le pongo un dedo en la barbilla y susurro esperando sonar lujurioso:
"...venga...te aseguro que puedo hacerte un servicio que no vas a encontrar en ningún sitio...¿de verdad vas a perder esta opción de disponibilidad plena por parte de un trabajador?"
Por fin se enciende la lucecita lujuriosa que esperaba ver y acariciándome el muslo murmura
"...¿estás seguro?...puedo ser muy malo contigo..."
El ectoplasma de mi abuela vuelve a materializarse para decir con voz fantasmal "te lo tengo dicho, hay ciertas preguntas a las que hasta una puta como tu tiene que decir que no", pero la espanto como un mosquito y digo divertido
"¡okey! ¿por donde empezamos?"

...

...el despacho del jefe de personal tiene varios cerrojos para no ser interrumpido.
Un tiempo indefinido después seguimos allí. Los Beach Boys berrean a todo volumen "Don't worry baby" mientras yo cuelgo en pelotas de unos ganchos del techo, con una gran polla negra de caucho metida entre los dientes, pinzas en los pezones y otra polla TERRIBLEMENTE MAYOR metida en el culo. El jefe de personal está también desnudo ante mi, dándome latigazos en el rabo con una pequeña fusta que escuece horrores y, atención, empalmado como un burro, mientras canturrea
"No te preocupes, cielo, después de esto voy a meterte la mía y vas a dar gracias al cielo por tenerme dentro"
La verdad es que cuando me saca el trabuco negro y entra él, dejo escapar un suspiro de alivio...

...

..."bueno, es de agradecer el empeño que un trabajador como tu pone para conservar su puesto de trabajo, me ha conmovido tu excelente disposición" dice el tío cuando termina de hacer pis sobre mi cabeza. "Me va a costar un disgusto con Charly porque él te quería en la calle hoy mismo, peeeero te voy a poner el finiquito a fin de mes, ¿qué te parece?"
Tengo la boca adormecida tras todo ese rato con el chisme de caucho entre las fauces pero aún así logro articular
"...¿fin de mes?...¿después de este tute?"
"Estamos a 12 todavía. Te doy casi tres semanas de empleo y sueldo antes de echarte para que vayas buscando otra cosa. ¿No te parece suficiente?"
Esa sesión sadomaso-hardcore hubiera merecido al menos un contrato de seis meses, me parece, pero decir que "no" supone haberme chupado todas estas vejaciones para luego irme a la calle a las dos de la tarde tal como Charly deseaba, así que tengo que decir que sí con cierto gesto de disgusto. Y hago como que me levanto pero antes de que le de tiempo a reaccionar ahí medio sentado en el suelo como está, le abrazo la cabeza con los muslos y gruño
" No se me ocurre otra forma de demostrarle mi agradecimiento ahora mismo"
Y por devolverle el favor hago real la figura linguística de mearle al jefe en el ojo, con generosidad y procurando que no mueva mucho la cabeza para apuntar bien.
Cuando me voy de la oficina le dejo tirado en el suelo en un charco amarillo con cara de estar en pleno viaje alucinógeno, farfullando
"...que maquina...este tio es una maquina..."
...de manera que mi dignidad personal, harto pisoteada, levanta un poco la cabeza y puedo hasta sonreir cuando salgo de allí...

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