sábado, 20 de octubre de 2012

Bajando en rampa ( 10 )

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..cuando llegamos a la furgoneta de nuevo estoy sudando ya como un pollo y además tengo una rarísima sensación porque mi vida se ha salido del carril en no-sé-qué momento exactamente del día, pero no creo que hayan pasado dos horas desde que salí de MercaChorbo y ahora no reconozco ni tan siquiera la ciudad en la que me encuentro.
Una vez delante de su trasto Frankie parece olvidar el furor sexual, vuelve a cacharrear dentro del motor un rato más mientras yo miro a un lado y a otro esperando ver a JeanClaude empuñando una motosierra, y por fin dice mostrándome el hermoso rostro sudoroso y un poco tiznado de negro
" vamos a hacer una cosa, lo ponemos en punto muerto, echamos cuesta abajo y como el freno funciona de puta madre vamos dejándonos caer hasta llegar al pie de la colina. Yo no vivo muy lejos, ahí veremos como nos lo montamos, ¿vale?...además tu no estás aquí para dar clases de mecánica, jejejejeje"
Yo intento componer el gesto de zorrita mimosa pero sigo demasiado preocupado por JC en particular y por el desquiciado rumbo de los acontecimientos en general, y sospecho que lo que Frankie ve en mi rostro no le provoca demasiado porque resopla, se coloca tras la furgoneta y ordena
"venga, empuja. O tu loco del cuchillo nos pillará y nos hará lonchitas"
...apenas empezamos se hace evidente en primer lugar que tengo poquísima chicha y mi presencia en el empujon es prescindible; segundo, que es necesario una persona dentro del vehículo para pisar pedales y menear el volante.
"Vamos. Monta y controla un poquito."
...sin duda Frankie ignora que me saqué el carnet a los 18 en un furor hormonal adolescente pero que no he vuelto a agarrar los mandos de un coche en los 30 años que siguieron a ese suceso.
En esta ocasión no es la abuela, sino el ectoplasma de mi querida mamá quien susurra dulcemente "esto es como el montar en bicicleta, no se olvida nunca", pero mamá siempre ha sido menos prudente y racional que abuelita. Debería haber recordado esa lección y no haberme dejado cegar por los ojos del cariño cuando me monto y enseño por la ventanilla un pulgar hacia arriba como diciendo "empuja cuanto quieras"...
...Dios, es como un toro este hombre, del primer empellón me da la impresión de que hemos metido el turbo por el efecto arrancada, y luego le oigo gritar
"VAMOS HACIA LA PRIMERA CUESTA...PREPÁRATE PARA PISAR EL FRENO, ¿VALE?"
El freno.
¿Era el de la derecha o era el de la izquierda?
Antes de poder expresar mis inquietantes dudas a Frankie me veo enfilado hacia una larga avenida cuesta abajo flanqueada por más robustas palmeras y las vallas de elegantes chalets unifamiliares.
El momento de puro terror me deja sin capacidad de articular palabra y cuando Frankie dice detrás mío algo como "¡controlando!¡ve controlando!" me suena como un mensaje alienígena llegado de allende el espacio.
La furgo alcanza el pico de la colina, bascula un poco antes de poner las ruedas delanteras sobre la calzada y luego empieza a descender como descienden los vagones en la montaña rusa, primero despacito y luego cada vez más rápido, más rápido, más...
Frankie grita algo detrás mío corriendo a toda hostia tras el vehículo, pero la inercia y la fuerza de la gravedad que se están ejerciendo sobre el vehículo se traducen en aceleración positiva, y me veo bajando a toda hostia con el mundo transformado en una fantasía verde y azul a ambos lados.
"...cielos...¿voy a morir?" pregunto al universo envuelto en una especie de bruma plateada que me nubla el sentido...
El ectoplasma de abuelita se materializa felizmente a mi lado y sin perder un ápice de dulzura en su bello rostro, me ladra en al oreja
"JILIPOLLAS PISA EL FRENO Y AGARRA EL VOLANTE"
...los siguientes microsegundos son una debacle, piso los pedales sin orden ni concierto con respuesta nula por parte del vehículo ( algo me dice que los frenos de Frankie no son tan de puta madre como él dice ) tomo una curva, otra larga avenida verde y llena de muros, grito, muevo el freno de mano pero a efectos del vehículo es como si me acariciase distraidamente la entrepierna, vuelvo a girar y de pronto ya no es una calle asfaltada, es un camino polvoriento que tiene hasta chumberas a los lados, y al fondo lo que parece una minúscula estación de servicio abandonada...doy gracias a Abuelita cuando impacto contra la máquina de las cocacolas sin que nadie allí cerca pueda decir una palabra al respecto.
Aún así me he dado con el morro contra el volante y me está sangrando la nariz, de manera que salgo de la furgo, que todavía ronronea pero en un tono agónico y me dejo caer al suelo, con la cara vuelta hacia el cielo que de puro azul es casi blanco y el sol cegador abrasándome la piel. Al mover de manera inconsciente una mano rozo una de las latas de cocacola que han salido rodando tras mi sabotaje, y la encuentro deliciosamente fría al tacto...
"...fría...eso es que el chisme estaba funcionando, ¿no?...¿habrá alguien cerca para socorrerme?...¿o me encontrará Frankie primero?..."
Una lagartija pasa correteando por el suelo y se detiene un momento a echarme un vistazo como queriendo decirme que ella era la única respuesta que iba a encontrar a mi petición de auxilio.
Luego se va, yo cierro los ojos en principio solo para coger fuerzas y ponerme en pie, pero resulta que me quedo dormido...

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